55 años de ‘Pet Sounds’, la obra maestra de The Beach Boys
La música del quinteto californiano referente del rock surf y de la psicodelia americana, se convirtió en un hito de la historia americana y logró trascender con sus brillantes armonías, la creatividad detrás de sus producciones y sus icónicos arreglos; dándole al público un pase de abordar a un recorrido musical de juventud, hedonismo, amor y cultura surf californiana.
Después de 10 discos de estudio, la agrupación lanzó su onceavo álbum titulado Pet Sounds. Un material ambicioso, impregnado del carácter jovial y divertido de la banda, escrito y producido en su mayoría por Brian Wilson, con temas que han pasado a la historia de la música como «I’m Waiting For The Day», “God Only Knows” y “Wouldn’t It Be Nice”.
Los inicios de The Beach Boys, se remontan a la década de los años sesenta, cuando tres hermanos californianos: Brian WIlson (bajo, piano y voz), Carl Wilson (guitarra y voz), Dennis Wilson (batería y voz); junto a Al Jardine (voz) y Mike Love (guitarra y voz), comenzaron a tocar música en conjunto, firmando en 1962 con el sello Capital Records y debutando –el mismo año– con su primer álbum de estudio Surfin’ Safari.
Con Pet Sounds, la agrupación pasó de hacer canciones sobre chicas, surf y playa, a evolucionar líricamente con letras profundas e íntimas, acompañadas de alucinantes melodías. Este material funciona como una narración sobre las distintas etapas del enamoramiento y los sentimientos que estas conllevan, incluyendo las esperanzas, deseos y altibajos emocionales de una relación amorosa.
El álbum, publicado el 16 de mayo de 1966, contiene 13 temas estilo pop que fueron escritos y producidos por Brian Wilson –el alma creativa y corazón del grupo– que se había inspirado por la estimulación artística de Rubber Soul, el disco de The Beatles.
El líder de la agrupación había sufrido un ataque de pánico en un avión en 1964, por lo que paró de hacer giras con el resto de la banda y en 1965, escribió su primer éxito “California Girls”, lo cual lo dotó de confianza como compositor. Con tan solo 23 años, el músico comenzó a trabajar en las nuevas pistas de este proyecto junto al letrista Tony Asher, quien trabajaba para una agencia de publicidad realizando jingles.
Wilson tenía en mente algo increíble, por lo que decidió reclutar a diversos músicos profesionales, que ayudaron con la instrumentalización del álbum. No obstante, para alcanzar el sonido específico que buscaba; además de utilizar instrumentos como violines, ukeleles, bongos y acordeones, añadió el sonido de latas de refresco y de perros ladrando.
El resultado de esta diversidad tímbrica, se aprecia desde el particular sonido de la mandolina en “Wouldn’t It Be Nice», pasando por el enternecedor órgano, acompañado de bocinas de bicicletas en el tema «You Still Believe In Me», hasta el electrizante bajo de «Don’t Talk» y la hermosa confluencias de cuerdas, ritmos y voces en la icónica pieza “God Only Knows”.
El recibimiento de ‘Pet Sounds’ y los demonios de Brian Wilson
A pesar de que Pet Sounds, es considerado actualmente como un hito de la música, su lanzamiento no fue muy exitoso en Estados Unidos, ya que solo alcanzó el décimo lugar en ventas; mientras que en Reino Unido, se logró posicionar en el segundo. No obstante, ha logrado entrar a la lista de los mejores 500 álbumes de todos los tiempos de Rolling Stone y es para muchos el material que redefinió el sonido de la agrupación.
El disco fue un éxito mundial que le sumó renombre a la banda y a sus integrantes, -sobre todo a Brian Wilson- que fue el foco de atención de la crítica y de los seguidores, ya que era considerado como un genio musical. El miembro fundador de The Beach Boys, desde joven, fue diagnosticado con bipolaridad y esquizofrenia, por lo que la mezcla de estos desórdenes, junto al consumo de drogas, le ocasionó una gran decadencia física y mental en la década de los setenta.
Su condición lo impulsó a ir a terapia con el doctor Eugene Landy, el cual usaba prácticas poco ortodoxas y éticas para su recuperación, además de chantajearlo emocional y económicamente (para compartir su regalías). En 1992, su familia lo impulsó a demandarlo y a partir del 2002, pudo retomar su carrera artística.