Con el objetivo de impedir la proliferación de actos intolerantes, incentivados a través de discursos homofóbicos, existen medidas de prevención impulsadas desde las instituciones que combaten la discriminación en el país. El objetivo también busca aminorar el impacto de estos insultos en redes sociales y entornos digitales en los que aún hay anonimato que protege a los agresores.
Además, según la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, quienes utilicen expresiones homofóbicas para ridiculizar o menospreciar a las personas por su orientación sexual o identidad de género podrían sufrir sanciones penales. Estas medidas buscan aclarar que la homofobia es una grave violencia contra los derechos humanos y el libre desarrollo de la personalidad.
De acuerdo con el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED), utilizar este tipo de lenguaje intolerante contribuye a la reproducción de estereotipos y prejuicios, fomentando un ambiente hostil y excluyente para la comunidad LGBTQ+. Para combatir esta problemática, se han establecido en el artículo 43 de la ley contra la discriminación que cualquier persona tendrá acceso a realizar denuncias con asesoría legal para combatir el problema.
El derecho a la libertad de expresión tampoco ampara los discursos de odio o las invitaciones a la violencia. La libertad de expresión encuentra límites en el respeto a los derechos fundamentales de los demás, lo anterior incluye el derecho a la dignidad y a vivir sin discriminación. Para aminorar los daños de estas prácticas, el manual “Escrito sin d. Sugerencias para un periodismo sin etiquetas”, redactado en CONAPRED, propone utilizar un lenguaje neutro, evitar estereotipos y prejuicios, y fomentar el respeto a la diversidad.
A pesar de los esfuerzos por combatir el lenguaje homofóbico, su presencia en los medios de comunicación y en las redes sociales sigue siendo una realidad preocupante. De acuerdo con los resultados de la Encuesta sobre Discriminación por motivos de Orientación Sexual e Identidad de Género 2018, el 83.3% de los encuestados declaró sentirse agredido incluso mediante bromas respecto a su sexualidad a diario.
Luego de que los ministros del tribunal consideraron que los insultos homofóbicos son formas denigrantes de referirse a una persona homosexual, las organizaciones y activistas sobre este problema esperan que se conforme una base sólida para prevenir la discriminación de forma eficaz en redes sociales y distintos entornos digitales.