Nueva York y Barcelona asesoran a Ciudad de México para frenar el impacto de los nómadas digitales
Claudia Sheinbaum ha instruido a su equipo revisar la experiencia de 10 ciudades de EE UU y Europa para conocer qué medidas han aplicado las autoridades para regular las plataformas de hospedaje temporal
El Gobierno de Ciudad de México ha iniciado conversaciones con autoridades de ciudades que han sido fuertemente afectadas por el negocio sin freno de plataformas como Airbnb y el arribo masivo de los llamados nómadas digitales. La jefa de Gobierno capitalina, Claudia Sheinbaum, encomendó a la Coordinación General de Asesores y Asuntos Internacionales documentar qué medidas implementaron diversas ciudades de Estados Unidos y Europa para contener los impactos negativos del turismo en las comunidades locales. La titular de la coordinación, Diana Alarcón González, ha precisado en entrevista con EL PAÍS que las ciudades cuya experiencia han revisado son Ámsterdam, Barcelona, Berlín, Lisboa, Madrid, Milán, Nueva York, París, Praga y Roma.
“En algunos casos hablamos directamente y de manera muy detallada con las ciudades. En otros casos, es una revisión a partir de las regulaciones de estas ciudades y los estudios que ya tienen y que son públicos”, explica la coordinadora. “La instrucción que nos dio la jefa de Gobierno es: ‘hablemos directamente con las ciudades que han registrado ya problemas —y en algunos casos problemas serios— con este tipo de visitantes; entonces hagamos una conversación con ellos para ver cuáles son los problemas que se presentaron y cómo los resolvieron’. Y eso es parte de la investigación que estamos haciendo”.
La instrucción de la mandataria capitalina ha llegado pocos meses después de que su Administración suscribió un convenio con Airbnb cuyos alcances fueron poco claros. Aunque el Gobierno capitalino dijo en su momento que se trató de un entendimiento para detonar el turismo en las zonas de la ciudad más marginadas, especialistas y organizaciones de vecinos denunciaron que, en los hechos, Sheinbaum había entregado la ciudad a la plataforma en charola de plata. La mandataria dijo por primera vez el 29 de diciembre, en una entrevista con Bloomberg, que su Administración tomaría medidas para regular el negocio de Airbnb, sin dar mayores detalles. “Si no se regula, va a haber zonas que serán exclusivamente de Airbnb”, dijo Sheinbaum al medio estadounidense. “Tampoco puede ser. Eso va a generar muchos problemas en la ciudad”.
La coordinadora capitalina señala que, de momento, las autoridades no pueden dar a conocer qué regulaciones están tomando en consideración, hasta que concluyan sus exploraciones en las ciudades y sus estudios en la propia capital mexicana. “La ciudad con la que más hemos hablado es con Barcelona. La jefa de Gobierno se comunicó con [la alcaldesa] Ada Colau, nos pidió hacer contacto con el equipo técnico de la alcaldía en Barcelona, que ha hecho todos los estudios y las propuestas de regulación”, expone. Entre otras medidas, en la ciudad española se ha implementado un registro o permiso turístico que los “anfitriones” deben obtener para poder alquilar sus pisos a través de Airbnb. Si no cuentan con él, pueden hacerse acreedores a multas.
Alarcón dice que hay medidas que algunas ciudades impulsaron y que, al final, resultaron excesivas o inaplicables. Afirma que, en ese sentido, el reto para la Ciudad de México es idear regulaciones adecuadas al problema en la magnitud como se manifiesta de manera local. “Nueva York lo revisamos y tenemos una conversación activa con ellos. Es importante tomar en cuenta, para aprender de las experiencias de otras ciudades y no repetir los mismos errores, hay ciudades que han adoptado regulaciones que no son ‘enforceable’, que no son implementables, y han tenido que dar marcha atrás. Ese es el caso de Nueva York, ellos no solamente perdieron en la corte una propuesta de regulación que tenían, sino que ha sido muy difícil —y esto nos lo corroboró Barcelona también— hacer efectivas algunas de las regulaciones cuando no tienes los instrumentos para hacerlo”, indica.
La funcionaria refiere que, de acuerdo con sus investigaciones, la llegada de nómadas digitales a Ciudad de México no ha tenido el mismo impacto negativo que en otras ciudades revisadas. “Es un fenómeno de mucha menor escala que lo que se percibe en los medios. Hicimos un estudio muy detallado sobre cuál es la presencia de estos nuevos visitantes en relación con la disponibilidad de vivienda en la Ciudad de México y es muy, muy pequeña. No tiene nada que ver con ciudades como Barcelona, Madrid, Ámsterdam, Lisboa, que son ciudades que están recibiendo una gran cantidad de este tipo de visitantes, con una penetración mucho mayor en relación con las viviendas o el número de habitantes. Entonces, siendo una urbe tan grande Ciudad de México, no está recibiendo estas olas masivas de visitantes que están desplazando a la población o que están encareciendo la vivienda en zonas específicas de la ciudad”, sostiene.
La coordinadora afirma que, según sus estudios, las rentas en zonas predilectas para los nómadas digitales, contrario a subir, están bajando, y descartó que ese turismo sea causante de gentrificación. “Incluso en una zona como Roma-Condesa, que es en donde se diría está más concentrada la llegada de este tipo de visitantes, revisando las estadísticas, lo que tenemos incluso es una reducción en el costo promedio de las rentas en los años 2021 y 2022, que son los años en los que han llegado estos visitantes con volúmenes más altos. ¿Por qué se reducen las rentas en el promedio? Pues porque tuvimos una pandemia. Entonces el fenómeno, visto desde los números —y estamos revisando toda la estadística posible para entender el tamaño de este fenómeno—, no tenemos evidencia concreta, específica, de que la llegada de estos nuevos visitantes está generando gentrificación o un alza en las rentas”, refiere.
Cuando se le hace notar que han sido cada vez más numerosas y frecuentes las denuncias de familias desplazadas por el aumento de rentas, la funcionara dice que son casos más bien “anecdóticos”, diríase aislados, que un problema general. “No quiero decir que no existe. Por supuesto que hay evidencias, digamos, más anecdóticas, más caso por caso, como tú dices, de gente que ha tenido que dejar sus departamentos porque el dueño lo quiere convertir en Airbnb, etcétera. Eso es cierto, pero es más anecdótico que una tendencia estadística o que una tendencia que se está instalando en la ciudad y que efectivamente está generando este proceso de gentrificación y de aumento de rentas”, asegura.