Por su parte, la secretaria de Energía Rocío Nahlé dijo la semana pasada en una entrevista con Bloomberg Línea que el Gobierno estaba reconsiderando su plan para reducir las exportaciones de petróleo después del reciente aumento del petróleo.
Los ingresos adicionales del Gobierno por petróleo serían suficientes para subsidiar el mayor costo de los precios de la gasolina en las bombas de Pemex, según la persona. El precio del crudo de México, conocido como Maya, subió casi un 68 por ciento desde principios de diciembre a 99.06 dólares por barril el viernes.
Ni Pemex ni la oficina de la presidencia respondieron de inmediato a las solicitudes de comentarios.
El año pasado, la Secretaría de Hacienda de México gastó 104 mil millones de pesos (alrededor de 5 mil millones de dólares) en subsidios a la gasolina y el diésel, una cantidad que se triplicaría con creces este año si los subsidios se extienden por el resto de 2022, según un informe de la consultora de riesgos EMPRA, ubicada en Ciudad de México. A un promedio de 90 dólares el barril para la mezcla exportadora mexicana este año, las finanzas públicas podrían alcanzar un superávit de 170 mil millones de pesos, según la firma.
“Sin embargo, si la Administración de López Obrador continúa disminuyendo sus exportaciones mientras subsidia fuertemente los precios de la gasolina, este excedente desaparecerá rápidamente”, escribieron los analistas de EMPRA en un informe el martes.
El plan original de López Obrador para detener todas las exportaciones de crudo fue recibido con escepticismo en ese momento, dado el deficiente historial operativo y de seguridad de Pemex. Las refinerías de la compañía han estado operando a una fracción de su capacidad durante media década después de años de inversión insuficiente y falta de mantenimiento.